Lectura Complementaria:  Cómo aprovechar al máximo los primeros años de enseñanza básica

Lectura Complementaria: Cómo aprovechar al máximo los primeros años de enseñanza básica

Como cada comienzo de año, nos vemos asimilando planes anuales y expectativas: algunos piensan en trabajo y organización de tiempos, otros en vacaciones y a la vuelta, ya veremos!. No importa cómo comencemos, algo común es que todos queremos tener un gran año 2022 y las expectativas en relación a la vida escolar de los hijos, no quedan fuera de este plan. De partida queremos que haya actividad escolar (no detallaré en este artículo los beneficios que tiene la escolaridad pero créanme, se está investigando ya, lo dañino que ha sido el aislamiento para los más pequeños), ojalá esta nueva etapa transcurra en un ambiente seguro, con resguardos especiales por la pandemia; sabemos que las actividades regresan y nos disponemos a ello.

Este año habrá que hacer más trabajo/tarea grupal, seguramente volveremos a reuniones de apoderados en las salas y no por zoom; para los niños aumentará la frecuencia de evaluaciones quizás y junto con ello, regresan las lecturas complementarias.

“Lectura complementaria” es lo mismo que a veces aparece nombrado como “Lectura domiciliaria” o “Progresión lectora en casa”, son la misma actividad. Para quien no sabe: Se suele entregar una lista de libros a comienzo de año, que los estudiantes deberán, según su curso y edad, leer en el transcurso de 1 o 2 meses, en la casa.

Es importante enfatizar en que esta es una actividad que se hace en casa, fuera del aula, de manera personal.

Algunos colegios más progresistas dejan una lista recomendada y los estudiantes escogen, así no hay imposición y se respetan las preferencias de cada uno. Igual lo cierto es que nadie se salva de leer. Ahora bien ¿Para qué? ¿Cuál es la relevancia de esta actividad?

Nadie levantaría la mano en reunión de apoderados para preguntar a viva voz al profesor/a ¿para qué los niños deben leer en casa?. Bueno, se asume como obvia la respuesta y se asume como evidente también que si los niños se niegan, los padres deben insistir y vigilar. Sin embargo es una pregunta necesaria de hacernos ya que los niños se lo preguntan constantemente y debemos ser convincentes para crear en ellos la voluntad de leer. Pero no basta con insistir ¿Cuántos de esos padres, que asumen como obvios los beneficios de la lectura domiciliaria, saben que la lectura cuando es por obligación, deja más perjuicio y daño que aprendizaje? Así como se lee: Obligar la lectura es más un daño que un aporte. No se asusten, voy a desarrollar la idea.

Cifras en torno a la lectura escolar

En 2018, el Ministerio de Educación informó que unos 158 mil niños y niñas de todo el sistema escolar, en promedio, terminan Primero y van a Segundo año básico sin un nivel adecuado de lectura para su edad o sin saber leer. Esto no es terrible si se considera que el objetivo está planteado para lograrse en dos años, sin embargo, en Cuarto u Octavo Básico, la cantidad de alumnos que no entiende lo que lee es cercana al 50%. Eso sí que es preocupante. Según la prueba nacional de lectura aplicada ese mismo año, un 24% de los casi 255 mil niños de Segundo básico no tenía siquiera las competencias mínimas que son previas a la comprensión lectora.

Según informe 2018 de la OCDE, sólo el 5% de adultos evaluados, con título de educación superior, alcanza un alto nivel de Comprensión lectora. En promedio los países evaluados alcanzan un 21% para este ítem.

La empresa alemana GFK, en 2017 elaboró un estudio sobre la frecuencia en la lectura de libros, donde se entrevistó a más de 15 mil adultos de 22 países diferentes (Chile entre ellos). El 59% de la población en otras naciones aseguró leer libros al menos una vez a la semana, mientras en Chile sólo declaró leer semanalmente el 39%.

 

¿Qué es la lectura complementaria?

El objetivo de la actividad, explicado en síntesis, es desarrollar hábitos de lectura que permitan mejorar la fluidez, velocidad y con ello las habilidades de comprensión en general. También persigue la mejora del vocabulario, según cada etapa del desarrollo. De manera secundaria se pretende ampliar la visión del mundo siendo riqueza cultural, al permitir conocer distintos estilos narrativos, autores, testimonios de distintas épocas, etc. Suena bien completo en términos académicos, pero no se menciona el fomento del ‘gusto’ por la lectura entre estos objetivos y es un elemento clave, por que ¿de qué otra manera se podría tener a un niño concentrado leyendo por tiempos sostenidos, si no es a través del “enganche real”, cuando el tema le interesa, lo entretiene y lo motiva? Si ya sabemos que es tan central el rol de las emociones, entonces ¿por qué no comenzar por “encantar” como objetivo? En otros artículos hablamos ya de cómo fomentar el gusto por la lectura, ahora entregaré algunos tips, para lograr “enganchar” a los estudiantes en casa, y que la tarea de la lectura domiciliaria vaya dejando de ser una “tortura” (no es palabra mía! así lo llamó una de mis estudiantes de quinto año básico tiempo atrás).

Cuando se habla de lectura complementaria, en realidad se habla de una lectura que debiera ser un apoyo al aprendizaje de los contenidos que se están viendo en las distintas asignaturas, sin embargo muchas veces esto se transforma en una sobrecarga de tareas y actividades que hacer en casa, por eso en esta oportunidad entregaré algunos tips que podrían servir para abordar la lectura complementaria con niños de los primeros años de enseñanza básica y hacer que efectivamente sea un aporte.

 

Tips para fomentar el gusto por la lectura

Personalmente estoy convencida de que el mayor objetivo detrás de esta actividad, debe ser fomentar el amor por leer. Enfocarse en eso, traerá más frutos que cualquier otra tarea de lectura que se dé para la casa.

1

Revisar la lista, analizar y comenzar con tiempo a hacerle ‘campaña’. “Mira qué genial y entretenido lo que tendrás que leer este año! ¿Te cuento un poco de qué se tratan?…

El Ministerio de Educación propone una lista de lecturas escogidas según edades y posibles intereses de los estudiantes, así hay listas de títulos para cada curso (por ejemplo “Sapo y Sepo” de Arnold Lobel o “Un perro confundido” de Cecilia Beuchat para primero y segundo básico). Esta lista normalmente los docentes la modifican y adaptan según su criterio antes de entregar a los padres; una vez que la recibas, comienza a compartir con tu hija/o informaciones en relación a los libros, los personajes, indaguen juntos de qué temática podrían tratarse los libros, o quién es el autor, cuál es su historia de vida, etc. Comienza a entusiasmar antes de que la lectura comience, intenta leer el libro antes que él, si es que puedes: Los libros infantiles son libros que pueden ser entendidos por niños, no son algo exclusivamente para ellos.

 

2

Acompañar sus lecturas, no leyendo por ella/él. Acompañar es hacer algo juntos, pero eso no debe significar que el adulto se lleve la tarea. Sería un despropósito además. Siempre se puede pedir el libro para leer el capítulo donde el niño/a va, leer y luego comentar lo que llama la atención, las actitudes de los personajes, etc. Incluso se puede conectar la historia con la vivencia de alguien cercano, y aprovechar de trabajar la empatía. El énfasis de esta idea es la reflexión conjunta.

 

3

Podrían ir juntos escribiendo un esquema para no olvidar detalles. Un organizador gráfico, o mapa conceptual. Por ejemplo un mapa de los lugares donde el protagonista viaja, o un árbol genealógico de la familia protagonista de la historia, o también un esquema que resuma los conflictos, etc. Algo muy sencillo, que no debe convertirse en trabajo extra, sino solamente un elemento que le facilite recordar información.

 

4

Pídele que te haga dibujos! De lo que va sintiendo, de lo que va pasando, de lo que ocurre que le llame la atención. Podrían pintarlos y comentarlos juntos, siempre que no se convierta en una exigencia, sino algo entretenido, anexo a la lectura pero siempre por gusto. Luego esos dibujos se pueden secuenciar, ordenadamente desde lo que ocurrió al inicio, pasando por el clímax de la historia hasta lo último. Hago hincapié en que no se transforme en una labor tediosa. Solo se hace hasta que el niño/a quiera, es para potenciar el gusto. El énfasis es la diversión.

 

5

Si la idea anterior te inspira mucho, ojo a esto: Podrían buscar juntos en internet, e imprimir imágenes, hacer algún juego con ellas, tipo cartas de memorice o incluso personajes con palitos de helado para actuar escenas, etc. Los más artistas usarán género para las ropas, lana para el pelo y muchas otras materialidades para dar vida a los personajes de su libro. Y nuevamente recordar: jamás hacerlo como una imposición, obligación o que el/la niña/o se sienta controlado en su lectura, no es para verificar si lee o si entiende, es para empaparse juntos de la historia en cuestión y compartir momentos agradables en torno a ella.

 

6

Juegos de roles: a los chicos les gusta fingir personajes, la mayoría disfrutan haciéndose pasar por algún personaje divertido, haciendo sus voces o contando una historia de ellos como si fuera propia. A veces los niños y niñas buscan personificar ellos mismos la aventura y puedes con mucha imaginación instarlos a hacerlo, con preguntas como (ejemplo leyendo a Tom Sawyer): ¿qué crees que le gustaría comer hoy a Hucklberry Finn o a Sid? ¿Cómo bailaría Tom esta canción? ¿Qué decoración pondría Bartolo si esta fuera su habitación? Imagina que eres Rocío y se te cayó el diente desobediente ¿qué sientes, qué haces?? Usado como algo para divertirse juntos, aprovechan de construir perfiles sicológicos y traer a los personajes a esta realidad. Ojo que jugando, no hay respuestas equivocadas.

 

7

Asignar espacios diarios a la lectura, que el niño/a sienta siempre que es una actividad más de su día, que no tiene por qué interferir con los tiempos de juego, de ver una serie, de conversar con sus amigos, dormir siesta, etc. Conversen antes qué espacio le darán a la lectura escolar, que toda la familia sepa que en ese espacio no deben interrumpirlo y exista la predisposición. No es necesario que sea siempre el mismo espacio, pero sí esta idea sirve para evitar tener que “mandarla/o a tomar el libro y leer”, ahí se podría convertir en una imposición. Transmite agrado por ese espacio personal, vive el proceso transmitiendo ganas y alegría.

 

8

Aprender a aprovechar juntos algunos espacios del día. Un ejemplo personal: el año pasado mi hijo de 8 años se sentaba a leer (en voz alta) junto a mí cuando yo lavaba platos después de almuerzo, yo le agradecía su compañía; no siempre tenía ganas entonces se lo planteaba como un espacio de entretenernos juntos. Si yo no era quien lavaba ese día, entonces me leía en voz alta mientras tomaba un café en la terraza, y comentábamos. Algo así no quita más de 20 o 30 minutos! Bueno en las noches yo le leía otro poco (decía estar con los ojos cansados). Cuando me sentaba a estudiar, él se sentaba junto a mí a leer en silencio. A veces se comentaba otras veces no. Lo importante es que la lectura esté presente y asociada a ratos agradables juntos.

 

Recomendaciones finales

Los niños son un poco espejo de nosotros, si le planteamos una actividad como ‘latera’, ellos la verán así. Si les hablamos de la responsabilidad de leer, también les generará aversión eso sonaría como un ‘trabajo’, si se plantea como una actividad divertida que construye complicidad entre ustedes, mundo común y puente entre ustedes, ¡ese es otro cuento!

 

Marcela Andrews Latorre

Pedagoga PUC, Maestría en Neurociencias con investigación en curso. Promotora de la lectura como elemento vital.

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