TAPA BLANDA, LIBRO USADO, RECUERDA QUE UN % DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. MARTES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001. A las 8.50 la cadena de televisión de CNN anuncia que un avión de línea se ha estrellado contra la Torre Norte del World Trade Center. Veinte minutos después, cuando nadie consigue dar crédito a tamaño desastre, otro avión choca contra la Torre Sur. Ya no hay ninguna duda: se trata de un atentado. Una hora más tarde se anuncia un ataque al Pentágono. El mundo se estremece, Estados Unidos de Norteamérica ha sido golpeado en su corazón. Sin embargo, las anomalías de las primeras fotografías del atentado contra el Pentágono -no existe ninguna foto donde aparezca el avión incrustado contra uno de los edificios más bajos de Washington, ni rastro del ala derecha en llamas delante de la fachada, ni ningún orificio a través del cual el avión habría penetrado en el edificio- y posteriormente la confusión y las contradicciones de las declaraciones oficiales, incluidas las realizadas sobre el World Trade Center, intrigaron al periodista Thierry Meyssan, que comenzó una investigación a fondo.