TAPA BLANDA, LIBRO USADO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. El Titanic no es un barco, es un naufragio. Y las Torres Gemelas no eran rascacielos sino los templos del Gran Satán. Para un enfermo de sida y un cocainómano, la palabra "droga no tiene el mismo sentido. Para los fumadores, las palabras Kent, y Camel, tampoco. Hoy todo tiene que ver con el Sentido. Tanto, que al consumidor, sólo lo que le hace sentido le hace abrir el deseo. Y la chequera. Los consumidores no nacen. Se hacen. Y se hacen de tal forma que a un millón de consumidores, un millón de realidades: ni todas las rubias son tontas ni nadie compra chicles como compra tumbas. El mismo consumidor se construye decenas de comportamientos de consumo al día. Y esta dejando de comprar productos para comprar significados: si quiero prestigio, adhiero a la marca que signifique prestigio; si quiero precio, a la que signifique precio. Sentido, Significado. ¿Leyó alguna pez estas palabras en un libro de economía? ¿En uno de marketing? ¿En uno de psicología, o de sociología, o de publicidad? No. Y no las leyó porque sólo existen para la disciplina que se dedica al estudio de los signos y de las leyes que los gobiernan: la semiótica. Hoy, en el mundo de los negocios, la perspectiva semiótica permite descubrir cómo se crean, cómo se transmiten y cómo se internalizan los significados y valores de las marcas para hacer sentido en los consumidores. ¿Para qué sirve entonces la semiótica en el espació del marketing y la comunicación persuasiva? Simple; para sobrevivir en un mundo donde cada día más el producto no se vende por lo que es sino por lo que significa. Y si no quiere darse por enterado, también es simple: empiece a bajar sus precios.