TAPA BLANDA, LIBRO USADO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. La comida en la historia argentina revisa mitos y leyendas en torno al origen de gran variedad de alimentos, desde las empanadas y las hamburguesas hasta el chivito y el locro, pasando por todo tipo de postres, tortas y otros manjares dulces. Rescata las historias de algunos restoranes emblemáticos y de pioneros como Noel, Magnasco, Saint o Fort, con jugosas anécdotas que vinculan a personalidades de nuestra historia con la comida. Y, además, propone recetas "históricas" en casi todos los capítulos. A fines del siglo XIX, los dueños de los bares enviaban a sus empleados a juntar granizo para refrescar las bebidas. Cuando Sarmiento intentó incorporar verduras a la dieta diaria, se burlaron de él y lo llamaron "come pasto". El postre preferido de Borges era el queso y dulce. No es cierto que el edecán de Julio Roca haya creado el famoso revuelto Gramajo: Félix Luna imaginó la historia al servicio de la ficción. La cuna del dulce de leche pudo haber sido Asia, en vez de la Argentina. A comienzos del siglo XX, los obreros de la construcción almorzaban puchero en medio de la obra. En su primera presentación, a Petrona C. de Gandulfo se le cortó la mayonesa cinco veces. El choripán tal como lo conocemos hoy nació en Córdoba. El pancho arribó a la Argentina desde Francia, no de los Estados Unidos. ¿Y los postres? ¿San Martín tomaba helado?