TAPA BLANDA, LIBRO USADO, RECUERDA QUE UN % DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. Publicada en 1973, El caso Morel le significó a Fonseca acrecentar su fama como «autor maldito». En ella encontramos sus temas habituales, como la literatura y el arte, el erotismo, la relación del hombre con el mundo, la violencia, la ciudad, desarrollados con un cuidado narrativo que la hace traspasar el molde del género policial en nombre de la multiplicidad de sentidos. Paul Morel, un artista de vanguardia encarcelado por ser el principal sospechoso del crimen de una de sus cuatro amantes con las cuales vive una experiencia comunitaria en la que está presente el sadomasoquismo, pide ayuda a Fernando Vilela, un célebre escritor y ex abogado y funcionario policial, para escribir un libro en el que narre su verdad. No sabemos si el manuscrito de Morel que tiene como lector único a Vilela es una novela o su autobiografía, pero sí sabemos que de a poco Vilela se involucra en la trama del crimen y de la vida de Morel, y comienza a realizar pesquisas al tiempo en que ve cómo su propia vida se derrumba. Novela policial, investigación sobre los límites del deseo, experimento narrativo, la primera novela de Rubem Fonseca parece un juego de espejos en que los personajes se desdoblan al igual que el propio narrador, ficción y realidad se complementan y confunden, y los distintos niveles de relatos se entrecruzan en un montaje perfecto: los diálogos de Vilela con Morel y Matos, el comisario a cargo de la investigación y compañero de universidad de Vilela; el manuscrito de Morel; informes policiales y forenses; las citas literarias que Morel desparrama en su texto; y el diario de vida que lleva la amante asesinada. Tramas todas estas que confluyen en un final sorprendente y que son orientadas con un epígrafe recurrente en el texto de Morel: «A nada debemos temer. Excepto a las palabras».