TAPA BLANDA , LIBRO NUEVO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES.Me hice poeta de la mano de dos poetas mayores: el madrileño José García Nieto y el bogotano Eduardo Carranza, quienes me despertaron y me apoyaron cuando yo apenas hacía versos adolescentes en Ávila, que es la ciudad -madre de mi provincia. Hay también otro poeta, el más grande, Antonio Machado. Él me fue llevando de la mano desde que nos conocimos al final de la primaria. Y resulta que mi maestro cerraba su enseñanza por vacaciones poniéndonos a recitar poemas, rodeados de familiares. El que escogió para «mi recitación» fue un trocito de Orillas del Duero. L a recitación iba bien hasta que llegué al «yo voy cantando, viajero / a lo largo del sendero» y en lugar de seguir «la tarde cayendo está», yo cociné «suena el río en los álamos del viento.»Rompí a llorar, pero el maestro me consoló diciéndome: «¡Tranquilo, Jesús, que muchacho te hubiera agradecido la variación» Ojalá que la lectura de mis poemas deje a los lectores resonando en sus oídos la urgente invitación a soñar, o sea, a reinventar el mundo y la vida.