LIBRO USADO. El conocimiento de la Moral, en sus principios y conclusiones fundamentales, es necesario para vivir una vida verdaderamente humana y llena de sentido. Si este conocimiento se lleva a cabo en la juventud hay mayor garantía de potenciar la calidad de vida personal en toda su proyección futura. Suele ser frecuente que el desconocimiento de este saber teológico acarree prejuicios en torno a la Moral. Parecería que se trata de una serie de normas que se imponen al hombre desde afuera y desde arriba a la propia vida, encorsetando la espontaneidad, la autonomía de lo vital y de lo anímico. Más bien es al contrario: el estatuto moral no le viene al hombre desde fuera ni desde arriba, sino desde dentro de las exigencias internas y finales de su misma naturaleza racional, creada por Dios. A estos requerimientos humanos básicos se añaden los propios de la Moral bíblica, que permiten apuntar todavía más alto: actuar y vivir en función de la ordenación al fin sobrenatural, de lo que posibilita la salvación eterna, el verdadero y definitivo bien para el hombre.