TAPA BLANDA , LIBRO USADO, RECUERDA QUE EL 10% DE ESTA VENTA COLABORA CON FUNDACIONES QUE FOMENTAN LA LECTURA EN ZONAS VULNERABLES. Nuestra época marca el comienzo de una nueva era caracterizada por el despertar de los pueblos que hasta la primera mitad del siglo se encontraban en situación de atraso respecto de las regiones que consideramos desarrolladas. Este despertar se manifiesta en la conciencia y el deseo de lograr el desarrollo económico y es un esfuerzo de alcance mundial por librarse de la pobreza, del abandono y de la indiferencia predominantes en la vida de la inmensa mayoría de los seres humanos. Heilbroner afirma que «no es mera retórica hablar de este pretendido Gran Ascenso como del primer acto verdadero de la historia universal. Ciertamente sobrepasa en proporción y alcance a cualquier empresa anterior del hombre». Para más de dos mil millones de seres humanos significará la oportunidad de llegar a vivir.
Mediante el proceso del desarrollo económico las instituciones sociales, políticas y económicas van ajustándose a la gran mayoría del género humano, y de sus resultados dependerá el carácter de la civilización futura. Heilbroner advierte que este proceso quizá no llegue a ser controlado totalmente por los impulsos democráticos, sino que puede obligar al sacrificio no sólo de las libertades sino incluso de la vida humana. No ha de considerarse, pues, que la dinámica de la revolución del desarrollo lleve necesariamente a un mundo de libre empresa y de democracia parlamentaria.
¿Cuál es el elemento que flota en las teorías estadounidenses sobre el desarrollo económico? Es el hecho de que este último no se presenta en las naciones subdesarrolladas como un largo proceso de evolución social, sino como un salto discontinuo de un sistema social a otro. En opinión del autor, el desafío para los Estados Unidos no radica tanto en un cambio en la política exterior como en un cambio en su punto de vista, lo cual repercutirá considerablemente en su política interior: El precio del liderazgo mundial se nos presenta como un desafío en nuestra política interior; quizás, en última instancia, como el principal problema de nuestra política interior.